
Columbia No.2186-X – Juan Pulido & Orquesta – Rosa De Fuego – 1924
Origen Archivo: InternetArchive.
Compositor: Manuel Joves
Autor: Antonio Viergol
Fecha de Grabación: 1924
Lugar de Grabación:
Sello: Columbia
Disco: No.2186-X
Matriz: 93859
Fuente(s) Información:
Reseña: Juan Pulido
Juan Pulido se establece en Nueva York y alterna su trabajo en una empresa como contable con su oficio de cantante. 39 A las pocas semanas de llegar se presenta como cantante en el teatro Rialto de la capital neoyorkina el 7 de octubre de 1923, obteniendo un gran éxito entre la colonia hispana residente allí. Ante este éxito es contratado para la zarzuela La cara de Dios, que se estrena el 25 de noviembre de 1923 en el Daly’s Theater, con la que también obtiene un gran triunfo. A esta zarzuela le seguirán otras como El gazpacho andaluz, El príncipe bohemio, o Las corsarias, entre otras. 40 De esta época son sus primeras grabaciones para la casa discográfica Columbia, 41 entre las que destacan las canciones O sole mio y Maria Mari, a dúo con Pilar Arcos. Juan Pulido y Dalia Iñiguez en la vida y en el arte a ambos lados del Atlántico.
Observaciones:
Letra:
Rosa de Fuego, los hombres la llamaban Porque sus labios quemaban al besar, Y eran sus ojos dos ascuas que abrasaban Y era un peligro su amor ambicionar. Cuantos lograron, por ella ser mirados Y de sus labios bebieron el placer, Todos quedaron como carbonizados Entre los brazos de tan bella mujer... Rosa de Fuego, feliz vivía Rosa de Fuego, se divertía, Hasta tenía vanidad De su diabólica maldad... Rosa de Fuego, los arruinaba Rosa de Fuego, los calcinaba, Y al ver sus víctimas caer... Se reía la mujer... Mas cierto día, cruzóse en su camino Un hombre frío, de hielo el corazón, Rosa de Fuego luchó contra su sino E inútilmente jugó con su pasión. El hombre aquel, de sangre de serpiente De su mirada, el fuego resistió, Y de sus labios aquel beso candente Se dominaba y esclava se encontró... Rosa de Fuego, ya no reía Rosa de Fuego, se consumía, Se le abrasaba el corazón En el volcán de su pasión. Y el hombre frío, la despreciaba Y el hombre frío, la maltrataba, Rosa de Fuego aún al morir... Lo sentía reír...
