Odeon No.3770 A – Floreal Ruíz & Alfedo De Angelis & su Orquesta Típica – Marioneta – 1943
Origen Archivo: Youtube (argentinatangodj)
Compositor: Juan José Guichandut
Autor: Armando Tagini
Fecha de Grabación: 23/07/1943
Lugar de Grabación: Buenos Aires
Sello: Odeon
Disco: No.3770 A
Matriz: 12956
Fuente(s) Información: Milongandoblog.
Reseña: Alfredo De Angelis.
Alfredo De Angelis se inscribe dentro del grupo de orquestas que pusieron el acento en el baile. Esto sin embargo no significa que carecieran de valor artístico, por el contrario, eran afiatadas, muy bien orquestadas y contaban con grandes músicos y vocalistas. Nuestra elite intelectual siempre despreció lo popular, lo que prendía rápidamente en el gusto de la gente, porque no valorizaba, ni valoriza, el fenómeno sociocultural que significa la danza. Siempre escuché decir sobre De Angelis que era una orquesta calesita, que sólo servía en el salón, que le faltaba creatividad. Supongo que el adjetivo hacía alusión, a la curiosa modalidad de los bailarines de recorrer el terreno girando ordenadamente alrededor del perímetro de la pista. Desde otra óptica, la crítica podía apuntar a la música fácil, elemental y rutinaria de las calesitas (carruseles). TodoTango.
Observaciones:
Letra:
Tenía aquella casa, no sé qué suave encanto En la belleza humilde del patio colonial, Cubierto en el verano por el florido manto Que hilaban las glicinas, la parra y el rosal... ¡Si me parece verte! La pollerita corta, Sobre un banco empinadas las puntas de tus pies, Los bucles despeinados y contemplando absorta Los títeres que hablaban inglés, ruso y francés... ¡Arriba, doña Rosa! ¡Don Pánfilo, ligero! Y aquel titiritero De voz aguardentosa Nos daba la función... Tus ojos se extasiaban Aquellas marionetas Saltaban y bailaban Prendiendo en tu alma inquieta La cálida emoción... Los años de la infancia risueña ya pasaron... Camino del olvido, los títeres también... Piropos y promesas tu oído acariciaron... Te fuiste de tu casa, no se supo con quién... Allá entre bastidores, ridículo y mezquino, Claudica el decorado sencillo de tu hogar, Y vos, en el proscenio de un frívolo destino, Sos frágil marioneta, que baila sin cesar.