Disco Nacional Odeon No.18401 A – Ignacio Corsini & Orquesta Roberto Firpo – El Patotero Sentimental – 1922
Colección: Youtube (Antonio Gaspari)
Compositor: Manuel Joves
Autor: Manuel Romero
Fecha de Grabación: 1922
Lugar de Grabación: Buenos Aires
Sello: Disco Nacional Odeon
Disco: No.18401 A
Matriz: 924/1
Fuente(s) Información: MilongandoBlog Discografia Ignacio Corsini
Reseña: Roberto Firpo 1910-1920
En 1916, le tocó estrenar, en Montevideo, el que se convertiría en el tango de los tangos, “La cumparsita”, de Gerardo Hernán Matos Rodríguez, que por entonces era una página de dos partes. Firpo, a la moda de la Guardia Vieja, le compuso la tercera. Tiempo después se arrepentiría de no haberlo firmado conjuntamente: los derechos de “La cumparsita” reportaron millones de pesos.
Con respecto a este tango fundamental, el mismo Firpo recordaba: «En 1916 yo actuaba en el café La Giralda de Montevideo, cuando un día llegó un señor acompañado de unos quince muchachos -todos estudiantes- para decirme que traían una marchita y querían que yo la arreglara porque pensaban que allí había un tango. La querían para la noche, porque la necesitaba un muchacho llamado Matos Rodríguez. En la partitura en dos por cuatro aparecía un poco la primera parte y en la segunda no había nada. Conseguí un piano y recordé dos tangos míos compuestos en 1906 que no habían tenido ningún éxito: “La gaucha Manuela” y “Curda completa”. Y le puse un poco de cada uno. A la noche lo toqué con Bachicha Deambroggio y Tito Roccatagliatta. Fue una apoteosis. A Matos Rodríguez lo pasearon en andas. Pero el tango se olvidó, su gran éxito comenzó cuando le adosaron la letra de Enrique Maroni y Pascual Contursi». Todotango.
Observaciones:
Letra:
Patotero, Rey del bailongo Patotero Sentimental Escondés bajo tu risa Muchas ganas de llorar. Ya los años Se van pasando Y en mi pecho No entra un querer. En mi vida tuve muchas, muchas minas Pero nunca una mujer. Cuando tengo dos copas de más En mi pecho comienza a surgir, El recuerdo de aquella fiel mujer Que me quiso de verdad Y yo, ingrato, abandoné. De su amor me burlé sin mirar Que pudiera sentirlo después, Sin pensar que los años, al correr Iban, crueles, a amargar A este rey del cabaret. ¡Pobrecita cómo lloraba cuando ciego la eché a rodar! La patota me miraba Y no es de hombre, el aflojar. Patotero Rey del bailongo De ella siempre Te acordarás. Hoy reís... pero tu risa Sólo son ganas de llorar.