Regal No.OK 8421 – Roberto Maida & Orquesta – Silbando – 1930
 

Origen Archivo: Youtube (Cantando Tangos)
Compositor: Sebastián Piana/Cátulo Castillo –
Autor: José González Castillo
Fecha de Grabación: 1930
Lugar de Grabación:
Sello: Regal
Disco: No.OK 8421
Matriz: 870448
Fuente(s) Información
Reseña: Roberto Maida.
Roberto Maida, se inició artísticamente muy joven, en los fondos del restaurante Damato, de Matheu y Victoria. Allí se reunía con los hijos del dueño y los muchachos de la barra, donde se armaban sesiones de tango y él era el cantor. Un día se presentó a comer un maestro de canto de apellido Ralbis, preguntó quién era ese cantor y quiso conocerlo. Le propuso si quería cantar en un cine, en los entreactos, acompañado de piano, violín y batería. El cantor incipiente dudaba, sus amigos lo animaron. Se puso los largos y debutó en el cine 2º Coliseo, de Bernardo de Irigoyen y Venezuela. Los dueños del cine, José y Antonio Galvano se entusiasmaron y colocaron una foto muy ampliada del pibe Maida en el hall. TodoTango.




Observaciones: Con estas grabaciones presentadas, por su temática – la mujer, el amor y el desamor, la ilusión y la la decepción, etc.- queremos invitar a que visiten el sitio www.querube.es, dedicado a música de diversos géneros, en general diferentes al tango, como boleros, sones, baladas y otros.

Letra:

Una calle en Barracas al Sud,
Una noche de verano,
Cuando el cielo es más azul
Y más dulzón, el canto del barco italiano...
Con su luz mortecina, un farol
En la sombra parpadea
Y en un zaguán
Está un galán
Hablando con su amor...
 
Y desde el fondo del Dock
Gimiendo en lánguido lamento,
El eco trae el acento
De un monótono acordeón.
Y cruza el cielo el aullido
De algún perro vagabundo,
Y un reo meditabundo
Va silbando una canción...
 
Una calle... Un farol... Ella y él...
Y llegando sigilosa,
La sombra del hombre aquel
A quien lo traicionó una vez la ingrata moza...
Un quejido y un grito mortal
Y brillando entre la sombra,
El relumbrón
Con que un facón
Da su tajo fatal...
 
Y desde el fondo del Dock
Gimiendo en lánguido lamento,
El eco trae el acento
De un monótono acordeón...
Y al son que el fueye rezonga
Y en el eco se prolonga,
El alma de la milonga
Va cantando su emoción.

HermanoTango