Columbia No.2416-X – Pilar Arcos – Organito De La Tarde – 1928
Origen Archivo: FronteraLibrary.
Compositor: Cátulo Castillo
Autor: José González Castillo
Fecha de Grabación: 1928
Lugar de Grabación: New York
Sello: Columbia
Disco: No.2416-X
Matriz: 95130
Fuente(s) Información:
Reseña: Pilar Arcos.
En 1919, debutó como cantante de género español. Inició así una carrera exitosa dejando muchas grabaciones para los sellos Columbia y Victor. Realizó giras por Cuba, Puerto Rico y México, cantó a dúo con artistas como Rodolfo Hoyos, José Moriche, Julita Comín, Carlos Mejía o Juan Mario Oliver. Su paso por los escenarios y radios es recordado con cariño.
Afortunadamente, esta intérprete dejó una interesante cantidad de grabaciones con diverso repertorio; dejó registros de cuplés, fragmentos de zarzuelas, foxtrots, canciones, valses y tangos. Como ejemplos podemos mencionar el cuplé “La cocaína” (1927), los tangos “Mama yo quiero un novio” y “Mamita”, que grabó en Estados Unidos con la orquesta de Fresedo (1930), “Sendero de amor”, canción de “Espinos de los Monteros” (el acople del disco Regal tiene un tema de Conchita Piquer), el foxtrot “El claxon”, de Ricardo García de Arellano. TodoTango.
Observaciones:
Letra:
Al paso tardo de un pobre viejo Puebla de notas el arrabal, Con un concierto de vidrios rotos El organito crepuscular. Dándole vueltas a la manija Un hombre rengo marcha detrás, Mientras la dura pata de palo Marca del tango, el compás. En las notas de esa musiquita Hay no sé qué de vaga sensación, Que el barrio, parece Impregnarse todo de emoción. Y es porque son tantos los recuerdos Que a su paso despertando va, Que llena, las almas Con un gran deseo de llorar. Y al triste son De esa, su canción, Sigue el organito lerdo Como sembrando a su paso, Más pesar en el recuerdo Más color en el ocaso. Y allá se va De su tango al son, Como buscando la noche Que apagará su canción. Cuentan las viejas que todo saben Y que el pianito junta a charlar, Que aquel viejito tuvo una hija Que era la gloria del arrabal. Cuentan que el rengo, que era su novio Y que en el “corte” no tuvo igual, Supo con ella y en las milongas Con aquel tango reinar. Pero vino un día un forastero Bailarín, buen mozo y peleador, Que en una milonga Compañera y pierna le quitó. Desde entonces padre y novio Van buscando por el arrabal, La ingrata muchacha Al compás de aquel tango fatal.