
RCA Victor No.60-1954-A- Miguel Montero & Francisco J. Lomuto & su Orquesta- Nunca Más – 1950
Origen Archivo: Youtube (Luca Fiori)
Compositor: Francisco Lomuto
Autor: Oscar Lomuto
Fecha de Grabación: 25/04/1950
Lugar de Grabación: Argentina
Sello: RCA Victor
Disco No.: 60-1954-A
Matriz: 93653
Fuente(s) Información:
Reseña: Miguel Montero.
En 1949 Juan Carlos Howard, pianista de la orquesta de Francisco Lomuto, que actuaba por su cuenta cuando se lo permitía el director, lo contrata como cantor y luego se lo presenta a Lomuto y éste lo integra a su formación en reemplazo de Carlos Galarce. Debuta junto al otro cantor de la orquesta, Alberto Rivera, en radio Belgrano y graba su primer disco en la Victor: “Muñequita”, tema del propio Lomuto y letra de Adolfo Herschel, al que siguen cinco registros más.
Su actuación con esta orquesta duró hasta la muerte de Lomuto, ocurrida el 23 de diciembre de 1950. Entonces, ingresa a la orquesta de Roberto Dimas y después a la de Carlos Demaría, con quien graba en el sello Pampa un solo tema: “Esta noche me emborracho”. TodoTango.
Observaciones: Con estas grabaciones presentadas, por su temática – la mujer, el amor y el desamor, la ilusión y la la decepción, etc.- queremos invitar a que visiten el sitio www.querube.es, dedicado a música de diversos géneros, en general diferentes al tango, como boleros, sones, baladas y otros.
Letra:
En una noche de falsa alegría tus ojos claros volví a recordar y entre los tangos, el vino y la orgía, busqué febril tu recuerdo matar. Recordaba mi dicha sin igual que a vos sola mi vida consagré, pero ingrata te fuiste y en mi mal triste y solo, cobarde, te lloré. Eras la ilusión de mi vida toda mi alegría y mi pasión. Mala, yo que te quise por buena en tus dulces labios, nena, me he quemado el corazón. Linda, muñequita mimosa, siempre, en mi corazón estás, Nena, acordate de la pena que me dio tu boca, loca, cuando dijo: ¡Nunca más! Entre milongas y timbas, mi vida pasando va estas horas inquietas, de penas lleno, el alma oprimida, pálido el rostro como una careta. Arrepentida, nunca vuelvas, jamás a pedir desolada mi perdón. ¡No olvides que al decirme nunca más, me dejaste, mujer, sin corazón!...
