
Victor No.39570-B – Francisco Fiorentino & Aníbal Troilo ‘Pichuco’ & su Orquesta Típica – No Le Digas Que La Quiero – 1941
Origen Archivo: Youtube (El Coleccionista)
Compositor: Enrique Delfino
Autor: Alberto Vaccarezza
Fecha de Grabación: 1941
Lugar de Grabación: Buenos Aires
Sello: Victor
Disco: 39570-B
Matriz:
Fuente(s) Información:
Reseña: Francisco Fiorentino.
Cuando llega a la flamante orquesta de Aníbal Pichuco Troilo, nadie suponía lo que llegaría a ser. Los años de Fiorentino con el «Gordo» llevaron al cantor a un primer plano muy merecido, ya que —unido a Troilo — superó notoriamente sus actuaciones anteriores: fue la voz característica de la orquesta. Y por propio peso, desde aquellas primeras intervenciones como estribillista, pasó a cantar, si bien no toda la letra, gran parte de la misma. Voz de tango, fraseo bien porteño y gran emotividad, características que expuso Fiorentino en aquellos años en que logró sus éxitos definitivos Wiki.
Observaciones: Con estas grabaciones presentadas, por su temática – la mujer, el amor y el desamor, la ilusión y la la decepción, etc.- queremos invitar a que visiten el sitio www.querube.es, dedicado a música de diversos géneros, en general diferentes al tango, como boleros, sones, baladas y otros.
Letra:
Suena, tango quejumbroso, compadrón y callejero Como suena en la tristeza, mi abatido corazón, Y si ves a mi querida, no le digas que la quiero Porque ya me da vergüenza de pensar en su traición. Suena tango y si con otro, ves que baila a tu sonido No le digas que me oíste tu rezongo acompañar, Yo no quiero que ella sepa las angustias que he sufrido Y que desde aquella tarde no hago más que sollozar. ¡Tango! Melancólico testigo Y el único amigo De mi soledad. ¡Tango! En las vueltas del destino Quizá en mi camino La vuelva a encontrar. Para entonces, sin rencores ni deseos de venganza Mi perdón le dará abrigo y el lamento musical, De este tango hecho a jirones de dolor y de esperanza Será el grito que la acuse de haberme hecho tanto mal. Suena, tango quejumbroso, compadrón y callejero Como suena en la tristeza mi abatido corazón, Y si ves a mi querida, no le digas que la quiero Porque ya me da vergüenza de pensar en su traición
