
Victor No.60-0149 – Francisco Fiorentino & Aníbal Troilo ‘Pichuco’ & su Orquesta Típica – Garúa – 1943
Origen Archivo: Youtube (El Coleccionista)
Compositor: Aníbal Troilo
Autor: Enrique Cadícamo
Fecha de Grabación: 04/08/1943
Lugar de Grabación: Buenos Aires
Sello: Victor
Disco: No.60-0149
Matriz: 77123
Fuente(s) Información:
Reseña: Aníbal Troilo.
La manera de tocar el bandoneón que tuvo Aníbal Troilo se ha definido como una síntesis de estilos de ejecución de importantes bandoneonistas en la historia del tango (Sierra, 1969). De alguna manera, los fraseos melódicos que realizaba Troilo en sus pasajes solistas, eran comparados con las ejecuciones y el sonido bandoneonístico de otros músicos de su época, tales como Pedro Maffia (el sonido limpio y delicado), Pedro Laurenz (la línea melódica con relleno armónico) y Ciriaco Ortíz (el fraseo en octavas). Durante el desarrollo de su carrera profesional, las sucesivas renovaciones conceptuales en las formas de expresión musical y la introducción de nuevos timbres orquestales que aportaba a su propia orquesta típica, le valió que se lo considerara como un estilo evolucionista entre los músicos de tango de la década del ́40 (Sierra, 1969). El Tango ayer y hoy.
Observaciones: Reimpresión en RCA Victor No.68-1729-A
Instrumental:
¡Qué noche llena de hastío y de frío! El viento trae un extraño lamento... Parece un pozo de sombras, la noche, Y yo en las sombras, camino muy lento. Mientras tanto la garúa, Se acentúa... con sus púas... En mi corazón. En esta noche tan fría y tan mía, Pensando siempre en lo mismo, me abismo... Y aunque yo quiera arrancarla, Desecharla y olvidarla La recuerdo más... Garúa... Sólo y triste por la acera, Va este corazón transido Con tristezas de tapera... Sintiendo tu hielo... Porque aquella con su olvido Hoy le ha abierto una gotera. Perdido... Como un duende que en la sombra Más la busca y más la nombra. Garúa... Tristeza... Hasta el cielo se ha puesto a llorar. ¡Qué noche llena de hastío y de frío! No se ve a nadie cruzar por la esquina, Sobre la calle, la hilera de focos Lustra el asfalto con luz mortecina. Y yo voy como un descarte, Siempre solo... siempre aparte... Recordándote. Las gotas caen en el charco de mi alma, Hasta los huesos, calado y helado, Y humillando este tormento Todavía pasa el viento Empujándome...
