
Victor No.39318-A – Francisco Fiorentino & Aníbal Troilo ‘Pichuco’ & su Orquesta Típica – El Bulín De La Calle Ayacucho – 1941
Origen Archivo: Youtube (El Coleccionista)
Compositor: José Servidio/Luis Servidio
Autor: Celedonio Esteban Flores
Fecha de Grabación: 17/06/1941
Lugar de Grabación: Buenos Aires
Sello: Victor
Disco: 39318-A
Matriz: BAVE-059523
Fuente(s) Información:
Reseña: Francisco Fiorentino.
Cuando llega a la flamante orquesta de Aníbal Pichuco Troilo, nadie suponía lo que llegaría a ser. Los años de Fiorentino con el “Gordo” llevaron al cantor a un primer plano muy merecido, ya que —unido a Troilo — superó notoriamente sus actuaciones anteriores: fue la voz característica de la orquesta. Y por propio peso, desde aquellas primeras intervenciones como estribillista, pasó a cantar, si bien no toda la letra, gran parte de la misma. Voz de tango, fraseo bien porteño y gran emotividad, características que expuso Fiorentino en aquellos años en que logró sus éxitos definitivos Wiki.
Observaciones:
Letra:
El bulín de la calle Ayacucho Que en mis tiempos de rana alquilaba, El bulín que la barra buscaba Pa´ caer por la noche a timbear. El bulín donde tantos muchachos En sus rachas de vida fulera, Encontraron marroco y catrera Rechiflado parece llorar. El “primus” no me fallaba Con su carga de aguardiente, Y habiendo agua caliente El mate era allí, señor. No faltaba la guitarra Bien encordada y lustrosa, Ni el bacán de voz gangosa Con berretín de cantor. Cada cosa era un recuerdo Que la vida me amargaba, Por eso me lo pasaba Cabrero, rante y tristón. Los muchachos se cortaron Al verme tan afligido, Y yo me quedé en el nido Empollando mi aflicción. Cotorrito mistongo, tirado En el fondo de aquel conventillo, Sin alfombra, sin lujo, sin brillo Cuantos días felices pasé. Al calor del querer de una piba Que fue mía, mimosa y sincera, Y una noche de invierno fulera Hasta el cielo de un vuelo se fue. El bulín de la calle Ayacucho Ha quedado mistongo y fulero, Ya no se oye al cantor milonguero Engrupido, su musa entonar. Y en el “primus” no bulle la pava Que a la barra contenta reunía, Y el bacán de la rante alegría Esta seco de tanto llorar.
