
Victor No.39689-A – Héctor Mauré & Juan D’Arienzo & su Orquesta Típica – Claudinette – 1942
Origen Archivo: Gonefishingwithfriends
Compositor: Enrique Delfino
Autor: Julián Centeya
Fecha de Grabación: 12/08/1942
Lugar de Grabación: Buenos Aires, Argentina
Sello: Victor
Disco: No.39689-A
Matriz: 69864
Fuente(s) Información:
Reseña: Héctor Mauré.
A raíz del retiro del cantor Carlos Casares de la orquesta de Juan D’Arienzo, el director inicia una búsqueda para su reemplazo. La prueba se hizo en la sala B de Radio El Mundo, donde concurrieron numerosos aspirantes. Casi al final, le tocó el turno a nuestro cantor y, acompañado al piano por Fulvio Salamanca, ya cansado de tanto trajín, cantó el tango de Pedro Maffia y Celedonio Flores “La mariposa”. Fulvio cansado al escucharlo se reanimó y miró hacia arriba, donde estaba D’Arienzo, entonces alentó al muchacho: «¡Dale pibe, que ya te compraste al maestro!»
Como era de suponer, el debut se produciría en el reducto habitual del director, el cabaret Chantecler. En esa oportunidad comienza a utilizar su nombre artístico, Héctor, por Héctor Varela, primer bandoneón y arreglador de la orquesta y Mauré, pensando en la esposa de D’Arienzo, que se apellidaba Maure, sólo le agregó el acento. TodoTango
Observaciones:
letra:
Ausencia de tus manos en mis manos Distancia de tu voz que ya no está... Mi buena Claudinette de un sueño vano Perdida ya de mí, ¿dónde andarás? La calle dio el encuentro insospechado La calle fue después quien te llevó... Tus grandes ojos negros, afiebrados Llenaron de tiniebla, mi pobre corazón. Medianoche parisina En aquel “café – concert” Como envuelta en la neblina De una lluvia gris y fina Te vi desaparecer. Me dejaste con la pena De saber que te perdí, Mocosita dulce y buena Que me diste la condena De no ser jamás feliz. Mi sueño es un fracaso que te nombra Y espera tu presencia, corazón, Por el camino de una cita en sombra En un país de luna y de farol. Mi Claudinette pequeña y tan querida De blusa azul y la canción feliz, Definitivamente ya perdida Me la negó la calle, la calle de París.
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